Las actividades programadas deben reflejar de manera vivencial la Espiritualidad Claretiana, en función del carisma claretiano.

Cada uno de los coordinadores debe realizar su misión en comunión con el resto de los integrantes del equipo.

En palabras del Padre Demuel: “la idea es que, al programar, no nos olvidemos de lo central, que es un profesorado claretiano”.